‘The Boys’ se inspira en el caso de la Tienda Nara de Samrye, ocurrido en febrero de 1999 cuando tres asaltantes entraron en una tienda de comestibles de la localidad de Samrye para robar y en esto mataron a la dueña del establecimiento. Los tres jóvenes señalados por la Policía como sospechosos fueron rápidamente confirmados como culpables y sentenciados a pena de prisión. Sin embargo, posteriormente se descubrió que ya en 1999 la Policía tuvo conocimiento de que esos jóvenes no eran los autores del caso, incluso recibió confesiones de los verdaderos culpables, pero decidió tapar la verdad no queriendo admitir su error. A partir de ahí comenzó un nuevo juicio sobre el mismo caso y finalmente en 2016, las tres personas que tuvieron que pasar su juventud en la cárcel injustamente fueron tardíamente declarados inocentes, quedando reivindicado su honor. Esta historia de la vida real es considerada un claro ejemplo de cómo la arrogancia y el egoísmo de una autoridad del Estado puede destruir la vida de particulares inocentes, y la película ‘The Boys’ del director Chung Ji Young lanza una filosa crítica al respecto denunciando el abuso de la Policía y del sistema judicial, que a veces son demasiado crueles con los más débiles. 

Un punto notables en ‘The Boys’ es que la cinta, además de enfocar el caso que cuenta, presta atención a la vida ordinaria de las personas que rodean a los directamente involucrados en él. Así, al tiempo de hacer una denuncia social, mantiene una mirada cálida hacia la sociedad y sus integrantes para arrojar un claro mensaje sobre cómo debería funcionar la justicia de modo que no haya más víctimas. En todo caso y aún reconociendo la sublime intención de la película y su realizador, cabe señalar que el estilo de dirección resulta un tanto anticuado, algo que se acentúa particularmente en aquellas escenas con el evidente objetivo de causar una conmoción emocional en el espectador, marcadas por una composición y combinación obsoletas de fotografía, edición y música. En síntesis, podría decirse que la película, si bien es fiel a lo que sucedió en la vida real y respetuosa con las personas afectadas por ello, como película de crimen presenta mucho puntos flacos. Encima es bastante unidimensional el diseño de los personajes, a tal punto de socavar el gran talento del elenco, constituído por algunos de los mejores actores del cine y la televisión surcoreana en estos momentos. Pese a ello, destaca y sorprende gratamente al público el joven actor Kim Dong Yeong, que da vida a uno de los tres chicos señalados injustamente como culpables. Su interpretación es delicada y en sumo detallista, mientras que a través de su mirada logra expresar la confusión y la impotencia de un joven víctima de los prejuicios de la sociedad. 

Chung Ji Young debutó como director de cine en 1982 con la película ‘La niebla susurra como una mujer (안개는 여자처럼 속삭인다)’. Sin embargo, en los primeros años de su carrera no recibió mayor atención. El gran salto en su trayectoria se dio en 1990, cuando el film ‘Nambugun (남부군, Un partidista norcoreano en Corea del Sur)’ sobre el feroz conflicto y confusión ideológica que hubo durante y después de la Guerra de Corea se convirtió en un éxito, tanto en términos de crítica como en cuanto a taquilla.

Así, la década de 1990 fue la “edad de oro” de Chung Ji Young. En esos años la creatividad de este cineasta explotó y estrenó una obra tras otra, incluyendo producciones laureadas con múltiples premios y que hasta la actualidad son catalogadas como las más representativas y relevantes del cine coreano de los noventa. Una de ellas es ‘White Badge (하얀 전쟁, Guerra fría)’ sobre el trauma de un veterano surcoreano de la Guerra de Vietnam. La obra fue premiada dentro y fuera del país. Por esta obra Chung Ji Young recibió el Premio al Mejor Director en el Festival Internacional de Cine de Tokio en 1992 y Ahn Sung Ki, el protagonista, el Premio al Mejor Actor en el Festival de Cine Asia-Pacífico de 1993. 

También destaca de aquella época la película ‘Vida y muerte del chico de Hollywood (헐리우드 키드의 생애)’, basada en la novela homónima del escritor An Jeong Hyo, que versa sobre la pasión de dos hombres -amigos de adolescencia- por el cine. Estrenada en 1994, la cinta fue galardonada en las tres premiaciones cinematográficas más importantes de Corea: los premios Cheongryong, Baeksang y Daejong. 

Sin embargo, tras los fracasos en la taquilla que registró entre los años 1997 y 1998, Chung Ji Young se alejó de la pantalla grande. Así se tomó un periodo de descanso durante la década de 2000, para regresar en 2011 con ‘Unbowed (부러진 화살)’, la obra con la que comenzó su serie de películas de tinte social basadas en casos de la vida real. Dicho film fue sucedido por ‘Namyeong-dong 1985 (남영동 1985)’ sobre las duras torturas cometidas en los ochenta por agentes de inteligencia contra personalidades señaladas como detractores del entonces Gobierno militar, y ‘Black Money (블랙 머니)’ que trata sobre la codicia capitalista y del sistema financiero contemporáneo.

Como bien se nota en su trayectoria, Chung Ji Young es un cineasta que está siempre interesado en lo que acontece a su alrededor. Esto bien se ve en su filmografía, su trabajo más reciente ‘The Boys (소년들)’ y también en su próximo proyecto, del que se informa que versará sobre la persecución de activistas comunistas y las masacres de civiles que hubo en Jeju entre 1947 y 1954.