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Cultura

Sohn Chang Seop, “Seres que sobran”

2022-02-08

ⓒ Getty Images Bank

El origen de su hábito se remontaba a la época de la guerra. No pudo escapar de Seúl, así que vivió escondido los tres meses que duró la ocupación norcoreana. Por el miedo a los bombardeos y a los rojos, no podía dormir a pierna suelta. De noche o de día, pasaba las veinticuatro horas del día en alerta. Ese estado de continua tensión se le había hecho costumbre y continuaba hasta ahora.



Ikjun siempre estaba criticando las injusticias que se producían en el mundo y ellas le servían para justificar su inacción. 

En cambio, Bongwu, que era muy alto y delgado, apenas leía los titulares de los diarios y pasaba la mitad del día pendiente de su mujer, mirándola por el rabillo del ojo.

Manki era un buen dentista y un buen ser humano, por lo que todos confiaban en él, pero debido a que el consultorio no contaba con buenas instalaciones, tenía pocos pacientes y su situación económica era precaria.

Para colmo de males, el edificio donde se encontraba el consultorio y hasta los aparatos de odontología eran todos propiedad de la familia de la esposa de Bongwu.


익준은 부조리한 현실을 비판하며

자신을 합리화하는 인물이였습니다.

그에 비해 빼빼 마른데다 키만 멀쑥한 봉우는

건성건성 기사의 제목만 훑어보고는 

인숙만 흘끔거리며 한나절을 보냈습니다.

치과의사인 만기는 실력도 좋고 인품도 좋아 누구나 신뢰했지만

빈약한 병원 시설로 많은 환자를 치료하지 못해 경제적으로는 늘 가난했고

더구나 현재의 건물이나 병원 기구들도 모두

봉우 처가의 소유였습니다.



Entrevista a la crítico de literatura Jeon So Yeong:

Lo interesante es que la frase “seres que sobran” se volvió a poner de moda en Corea en la década del 2010 para hablar de la gente que vivía sin saber qué hacer con su vida por las dificultades de encontrar trabajo. En la década de 1950, Sohn Chang Seop usa el término para referirse a la gente que ha perdido los sueños y las ganas de vivir después de la guerra. Hace una exploración muy pormenorizada de ese tipo de personas y nos habla de su impotencia y su incapacidad para adaptarse a la realidad, donde reinaba una gran devastación e incertidumbre. Se puede decir que el relato es una galería de los personajes problemáticos que había en esos años de posguerra.



Al parecer, Ikjun se había lastimado la cabeza.

En la mano sostenía un paquete de papel, del que asomaban los zapatos de goma que había comprado para los niños.

Sin ninguna expresión en la cara, se quedó allí, quieto, como una estatua de piedra sin vida.

-Ay, ¡qué cruel es el dios del inframundo que se llevó a mi hija y no a ese inútil bueno para nada! -murmuró la abuela de los niños, mirando de reojo a su yerno. Recién entonces los ojos de Ikjun se llenaron de lágrimas.

Pero al menos los niños lo recibieron con alegría.

El menor, que tendría unos seis años, corrió al encuentro de su padre y se abrazó a su cuello.

-Papá, ¿sabes? Me pusieron ropa nueva y me llevaron a la montaña en automóvil -dijo el pequeño, alzando la manga de la ropa blanca de luto que llevaba. 

Ikjun siguió de pie, sin moverse, como un muñeco de palo.


익준은 머리에 상처를 입은 모양이었다.

한 손에는 아이들 고무신 코승이가 비죽이 내보이는

종이 꾸러미를 들고 있었다.

그는 무표정한 얼굴로 

이쪽을 향하고 꼼짝 않고 서 있었다.

석상처럼 전연 인간이 느껴지지 않는 얼굴이었다.


어이구, 차라리 쓸모없는 저 따위나 잡아가지 않구 염라대왕두 망발이시지, 하며

익준의 장모는 사위를 바라보면서 그렇게 중얼대고

인제야 눈물을 질금거렸다.


그래도 아이들이 제일 반가워했다.

일곱 살 먹은 끝의 놈은 아버지, 하고 부르며

쫒아가서 매달렸다.


아부지, 나, 새 옷입구, 자동차 타구 산에 갔다 왔다,

어린 것이 자랑스레 상복 자락을 쳐들여 보여도

익준은 장승처럼 선 채 움직일 줄을 몰랐다.




Sohn Chang Seop nació en 1922 en Pyongyang. Debutó como escritor en 1952 con el relato “Día feriado”.

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