ⓒ gettyimagesbankLos aficionados a los dramas y películas surcoreanas seguro que han oído hablar alguna vez de los taemong (태몽), los llamados “sueños de concepción”. En coreano, taemong significa literalmente “sueño de gestación”, y se refiere a un tipo de sueño simbólico y profético que, según la tradición, anticipa cómo será el bebé que está por llegar al mundo.
Según la creencia popular, el taemong suele producirse justo antes o poco después de que una mujer quede embarazada. Aunque lo más común es que lo tenga la futura madre, también puede aparecer en los sueños del padre, de los abuelos o incluso de amigos cercanos.
Estos sueños tienen tal importancia que muchas familias los recuerdan con detalle, los anotan e incluso los consideran parte de la identidad del futuro bebé.
Ahora bien, ¿cómo reconocemos un taemong? Se trata de un sueño vívido, muy claro y difícil de olvidar. En él, la persona que sueña suele encontrar o recibir algo significativo, normalmente de gran tamaño o con un valor simbólico especial, que parece acercarse o que se recoge del suelo.
En los taemong, los elementos simbólicos varían mucho, pero se cree que cada objeto, animal o paisaje representa rasgos como la personalidad, el destino o incluso el género. Por ejemplo, las frutas son protagonistas frecuentes: manzanas, duraznos, uvas, peras o sandías. En la cultura coreana, estas frutas jugosas y apetitosas simbolizan a un bebé adorable, valioso y con buena fortuna.
Algunas interpretaciones populares indican que si en el sueño aparece un número impar de frutas, será niño, y si es par, será niña. Un durazno se vincula con un varón, mientras que una fresa, con una niña. Aunque las opiniones sobre estas asociaciones pueden variar, lo que sí es común es que los sueños con frutas se consideren señales positivas.
También son habituales los sueños con animales: tigres, dragones, tortugas, serpientes grandes o carpas. En estos casos, por ejemplo, un tigre imponente se interpreta como una señal de que el bebé será alguien poderoso o influyente. Una tortuga simboliza longevidad, y una carpa brillante y multicolor indica talento artístico y éxito futuro. Cuando el sueño presagia el nacimiento de una niña, es común que aparezcan animales esbeltos, elegantes y nobles, como un ciervo, peces, un caballo blanco o un tigre blanco. Soñar con un caballo blanco se asocia con recibir reconocimiento y logros importantes, mientras que el tigre blanco simboliza autoridad y suele vincularse a personas con una fuerte espiritualidad o con vocación de servicio público.
Pero no todo son frutas o animales. Algunos taemong presentan paisajes naturales como montañas, lagos, el mar, el sol, la luna o campos fértiles. Otros elementos habituales son las flores, las joyas, las calabazas, los chiles o las conchas. En especial, soñar con joyas se asocia con riqueza, honor y éxito.
En ocasiones, el taemong no contiene ningún símbolo y directamente aparece alguien que anuncia el embarazo. Aunque casos así no sean tan frecuentes, hay muchos otros tipos de sueños, cada uno con su propio significado, que también forman parte del rico imaginario de los taemong.
Y si hablamos de sueños premonitorios famosos, los fans del K-Pop seguro recuerdan el taemong de Jin, integrante de BTS. En una entrevista, Jin contó que su madre soñó con una gran carpa dorada que saltaba hacia ella desde un estanque cristalino. En la interpretación tradicional, ese pez dorado simboliza talento, fortuna y un destino artístico, mientras que el salto refleja ascenso, transformación y superación de obstáculos. Muchos fans consideran que este sueño fue una auténtica premonición de la brillante carrera de Jin.
Aunque vivimos en una era moderna, muchos coreanos —incluidos los jóvenes— siguen dando valor a estos sueños, y no es raro que los padres los cuenten a sus hijos como parte de su historia personal.
Relacionado con este tema, hay otra costumbre entrañable: el taemyeong (태명), un nombre o apodo temporal que los padres ponen al bebé mientras está en el vientre materno. Puede ser divertido o simbólico, y estar inspirado en ecografías, deseos familiares, sonidos tiernos, onomatopeyas... No es un nombre oficial, pero sí uno con mucho cariño.